domingo, 20 de octubre de 2013

La vuelta de página

Fue uno de los pocos arranques de iniciativa que tuve. O al menos eso creo. Ese día había vuelto del colegio y tiré la mochila en el piso. Habíamos hablado durante el día por mensaje así que sólo bastaba conectarme a ver dónde estabas. Me esperabas, o al menos eso dijiste. Cruzamos un par de palabras y la frase brotó de mis dedos sobre el teclado. Bastaron unos minutos para que me mandaras un mensaje para corroborar que no me habían hackeado, que era yo. Que yo te lo estaba pidiendo, sin rodeos, sin compromisos. Con el mero propósito de conocer, de explorar... de saber qué era lo que todo el mundo tanto estaba hablando.

Todo lo vivido, a partir de ahí, será memorable. Entrañable, en muchos modos. Incontables escenarios, personajes, lugares, noches y vivencias. Las dos personas de siempre, creciendo, experimentando. El principio de mi límite te lo debo, es indudable.

Pero al libro, eventualmente, tenemos que cerrarlo.

jueves, 17 de octubre de 2013

Luis Alberto

Ignoro quién era ayer yo mismo.
Quién se atrevió a venir en mí.
Pero sé quién soy ahora.
Y soy un corazón
una boca
y un espíritu.

VI, Guitarra negra, Luis Alberto Spinetta.

(Un viaje de ida)

martes, 15 de octubre de 2013

Mirame a los ojos cuando te hablo

Funciona de la siguiente manera: a todos nos agrada, nos mueve o nos inquieta ALGO en particular de alguien. Hay gente que se concentra en las manos, o en la boca, o en el pelo del otro. Pero para mí, todo está en los ojos. Resulta que el contacto visual, a lo largo de mis experiencias, es algo que no me gusta perder. Al contrario, me fascina ver cada parte de lo que pasa, o de lo que hace a la persona.

Entonces, cuando estamos hablando, voy a mirarte. Voy a intentar descifrar el mensaje que no queres decir totalmente. Así que te pido que me mires a los ojos, aunque me digas que es una pelotudez, o que no vale la pena porque somos las únicas personas en la habitación. Es lo último que me estoy llevando en esta charla, de este vicio que fuimos para el otro.

Mínimamente eso, ¿no?

El tire y afloje

Renuncié a este blog hace mucho tiempo. Había brotado esta imponente corriente llena de ira que me hizo ir a hacer clic en 'Eliminar', como si eso fuera de ayuda para borrar las cosas, la gente que deseaba dejar atrás.

¿Exorcizada? No, pero hey... nadie me prohíbe una segunda vuelta (o una tercera).