martes, 15 de octubre de 2013

Mirame a los ojos cuando te hablo

Funciona de la siguiente manera: a todos nos agrada, nos mueve o nos inquieta ALGO en particular de alguien. Hay gente que se concentra en las manos, o en la boca, o en el pelo del otro. Pero para mí, todo está en los ojos. Resulta que el contacto visual, a lo largo de mis experiencias, es algo que no me gusta perder. Al contrario, me fascina ver cada parte de lo que pasa, o de lo que hace a la persona.

Entonces, cuando estamos hablando, voy a mirarte. Voy a intentar descifrar el mensaje que no queres decir totalmente. Así que te pido que me mires a los ojos, aunque me digas que es una pelotudez, o que no vale la pena porque somos las únicas personas en la habitación. Es lo último que me estoy llevando en esta charla, de este vicio que fuimos para el otro.

Mínimamente eso, ¿no?

2 comentarios:

  1. No puedo mirarla a los ojos pero al menos miro lo que escribe... Y es bueno, saludos.

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  2. Es algo que a uno siempre le cuesta, pero que es maravilloso al darse cuenta de lo expresivo que es uno con la mirada, y lo profundo que puede ver al hacerlo.

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